jueves, 24 de abril de 2008

Prohibido prohibir prohibir

[Ya sé que este tema está pasado de moda y que ya se pasó la ley, pero como no me tocó la discusión acalorada en el 9-602 siento que todavía tengo oportunidad de expresar mi sincera opinión, así que si son puntos que ya se han tocado, tough titty. Aparte, es una buena excusa para romper el hielo y entrarle a este blogfever]

Ninguna sociedad, ni la más libre y anarquista de Bakunin puede prescindir de las reglas y prohibiciones. Hasta en las utopías literarias, como la de Tomás Moro, se exalta la necesidad de orden y disciplina, y es esto lo que lleva a un bienestar igualitario y feliz. Toda sociedad, todo conjunto de personas conviviendo, deben establecer normas y conductas para un bienestar. Hay unas que se cumplen y otras que no, en algunas ocasiones esto es señal de que no son normas buenas (siempre van a haber normas buenas y malas), pero todas van (en teoría) encaminadas al bien común. Una sociedad debe hacer, en principio, tres cosas:
1) Proteger y promover el bienestar de todos sus ciudadanos
2) Brindar una serie de libertades a los individuos tan extensas como sea posible, compatible con la misma libertad a todas las demás personas
3) Brindar derechos, oportunidades, protecciones y recompensas a todos, de forma igualitaria, y no discriminar contra ninguna persona en términos irrelevantes.
[Según Kenneth Cauthen, un teólogo, filósofo y gringo]

Fumar es una libertad que gozamos, pero es una libertad ‘intrusa’, si se puede decir así. Es una libertad que se impone a otra, la de no fumar. Y en el sentido de derecho y justicia, se debe proteger a la afectada. Es muy triste que se tengan que hacer leyes para la convivencia humana, y por lo general las sociedades con la mayor cantidad de reglas y leyes (países europeos, Estados Unidos y Canadá), aunque son las más “ordenadas” y “seguras”, tratan al ciudadano como niño chiquito. Pero es más triste, cuando la gente, por falta de estas restricciones, se aprovecha del buen ciudadano. Bendito sea el tiempo donde no se necesiten restringir, o que ni existan estos gandallas. La verdad es que existen, son muchos, un chingo, y por ellos, los ciudadanos que sí respetan las libertades de los otros, deben sufrir las prohibiciones. También existen las conductas que por más legales y placenteras que sean afectan al otro, a limine, fumar. Es por algo que se restringió [porque más que una prohibición - ya que todavía se puede fumar - es una restricción] fumar en los cines, en el transporte público y otros lugares cerrados donde conviva mucha gente, por lo que siento que es justo que también se aplique los restoranes y bares. Es muy probable que haya muchos casos de corrupción y mordidas de parte de los cafés y bares, pero el hecho de que algo induzca la corrupción, no quiere decir que la dejemos de hacer. Más bien, es otra razón para atacar ese problema que tanto afecta a la sociedad mexicana, problema que también radica en el gandallismo. Estos son pasos hacia una mejor convivencia.

En todos los países que ya se ha implementado esta ley, Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Irlanda, fueron las mismas quejas, pero después de un rato se acostumbraron, la aceptaron. A mí me tocó ver como en Inglaterra e Irlanda la gente se quejaba y desafiaba la ley al fumar en los bares, pero ya en las últimas semanas de mi estancia allá, la gente parecía acoplarse. Ahora en Irlanda sólo hay un fumador en el pub, un viejo sordo iracundo, que la ley local decidió ignorar. Pero al pasarse la ley todos usaron la misma excusa, una de las favoritas de los mexicanos: “cómo implementar algo así en una sociedad como la nuestra”. Clásico. Es ridículo seguir con el pensamiento de que si algo es costumbre o tradición no se puede intentar cambiarlo. Si fuera así porque nos molestamos en tratar de erradicar la violencia doméstica y discriminación a la mujer, si son parte de los usos y costumbres de una sociedad machista desde tiempos prehispánicos. Esto también aplica a las nuevas leyes de discriminación sexual. Las sociedades se inventan y reinventan a través de prohibiciones y desprohibiciones [auto-sic]; lo que antes era ilegal, como el consumo de pulque para la población en la sociedad mexica. Con la llegada de los españoles se convierte en una bebida para todos, llevando al alto nivel de alcoholismo en la sociedad mexicana. La 'sociedad' es algo que obviamente se debe tomar en consideración y estudiar, pero no debe ser un impedimento para buscar un bienestar general. Es complejo, claro, y afecta hasta las sociedades mas “avanzadas”, un ejemplo casi contrario sería: En Gran Bretaña, cierran bares antes de las 3 a.m. para prevenir y reducir el fuerte alcoholismo, característico de los británicos. Esta medida es fuertemente criticada por muchos con un argumento muy justificado: el alto nivel de binge-drinking [beber a destajo] es porque como hay pocas horas para beber, le beben con todo. Pero lo que preocupa a sociólogos y legisladores británicos es que “en una sociedad como ésta, si tienen más horas para beber beberán aún más”...

Como dije anteriormente; las reglas y prohibiciones están para mejorar la convivencia, a veces funcionan, a veces no, a lo largo de la historia éstas han cambiado, se han reforzado; a veces forjan la identidad de sociedades, a veces la sociedad las moldea a su propia conveniencia, otras son ridículamente exageradas, pero todas son medidas que pueden mejorar y si no, pues se pueden cambiar. Algo constante en la historia es que las leyes cambian, si no tendríamos algo parecido al Código de Hammurabi. Las cosas se hacen paso a paso y resolviendo algunos problemas, se puedan ver los otros con más claridad (sin humo que nuble) y se puedan resolver. Es muy triste, insisto, en que se tengan que hacer estas leyes, pero es más triste que las libertades de unos sean pisoteadas por las “libertades” de otros.

Bueno, esta es la sincera opinión de un fumador.



Todd is God... just don't put plastic in my fire

viernes, 18 de abril de 2008

Elegía

And while the solitary masses
cry out for another chanson d'amour
another song of hope,
many sell st. valentine's,
marriage love
and romantic first fucks.
But only the drunkard of dawn
answers back in his deepest voice:
"that muse,
she's long gone
and ain't never
coming home".

lunes, 14 de abril de 2008

Azares del destino

...El azar no es, como muchos creen, la flor del arbol del limón...
-Anónimo-

Es el azar, sin duda alguna, un tema que no debe tomarse demasiado en serio si no se quiere terminar angustiado. Pero admitamos que es irresistible pensar aun que sea un poquito en él. El diccionario define al azar (a la palabra azar) como la causa a la que se atribuyen acontecimientos fortuitos o inexplicables. El azar es un concepto con el que estamos bien familiarizados. Un juego de naipes o de dados son considerados juegos de azar y lo son por que de antemano conocemos los posibles resultados que podemos obtener al jugarlos, pero no conocemos con certeza cual de ellos ocurrirá. La teoría de la evolución esta basada en el azar. Sabemos que en los mecanismos de copiado de la molécula de ADN en la reproducción celular, el ARN transcriptor a veces comete errores aleatorios que derivan en una mutación, la cual puede ser favorable o no para la adaptación del organismo al medio. Además en este medio ocurren, por supuesto, eventos azarosos.
Una de las grandes revoluciones científicas que trajo consigo el siglo XX fue la aparición y el desarrollo de la teoría cuántica. Una concepción que, junto a la teoría de la relatividad, es canónica en la forma moderna de modelar el mundo. Parte del carácter revolucionario de esta teoría es que derriba sin clemencia la concepción de un mundo determinista que vio la luz desde la aparición de la dinámica de Isaac Newton. El carácter “azaroso” de esta teoría radica en que para conocer la posición de cierta partícula, debemos describirla con una ecuación probabilística. Es decir, no podemos conocer con certeza la posición de la partícula pero si la probabilidad de encontrarla en dicha posición. A todo esto incorporemos el famosísimo Principio de incertidumbre de Heisenberg que dice que no se puede conocer simultáneamente con precisión arbitraria la posición y la velocidad de cierta partícula. La razón de esto es que para poder medir ciertas magnitudes físicas de un sistema debemos interactuar con él, de modo que al medir alteramos dicho estado. Nótese que la incertidumbre de la que se habla aquí es una incertidumbre de principio, que no tiene nada que ver con la precisión de nuestros instrumentos de medición.
Al encontrarse la física moderna en esta circunstancia, han aparecido fundamentalmente dos corrientes o interpretaciones: Una afirma que el azar es parte del mundo, y que el principio de incertidumbre representa la verdadera naturaleza de la naturaleza. Esta postura se conoce como la interpretación de Copenhague de la que fueron partidarios Niels Bohr, Max Born y Werner Heisenberg, entre otros. La otra postura, conocida como “interpretación de las variables ocultas”, afirma que la naturaleza impredecible del mundo se debe a que existen variables ocultas, que se irán descubriendo al hacer investigaciones más profundas y avanzadas. Algunos de los defensores de esta interpretación fueron Albert Einstein y Bertrand Russell.
Cabe señalar que esta polémica no es para nada novedosa. Comenzó cuando Pierre Simón de Laplace (1749-1827) trabajó en el problema de la estabilidad del sistema solar usando la mecánica y la gravitación newtonianas. Laplace achacaba los errores de su modelo a nuestra incapacidad de medir, pero estaba convencido de que con mejores observaciones se obtendrían mejores resultados. Además las ecuaciones de movimiento son sumamente complejas, pero el que no podamos resolverlas no implica que no exista una solución que determine cualquier estado del sistema, conociendo las condiciones iniciales. Poco después de Laplace, Henry Poincare (1854-1912) postula que el azar radica en la naturaleza misma y no está sujeto a la ignorancia subjetiva. Es decir, si se descubre una ley que predice algún cierto fenómeno denominado hasta ese momento azaroso, entonces nunca fue azaroso.
Fundamentalmente, la cuestión se reduce a lo siguiente: ¿El azar es un asunto ontológico o epistemológico? ¿Nuestra incapacidad de conocimiento se debe a la incompletitud de nuestros modelos e incapacidades momentáneas (pero eventualmente superables) de medición o a que la naturaleza realmente es regida por el azar?
A mi me parece un poco mas cómodo pensar que el estado actual del Universo es consecuencia directa de la conjunción (¿infinita?) de los estados anteriores. Si no conocemos lo que saldrá cuando tiramos un dado no es por que en ese momento actúe un ente extraño llamado azar, sino por que no conocemos la fuerza aplicada, la magnitud del giro, la fricción con el aire, si se nos queda un poco pegado a la mano, como rebota con la mesa, etc., etc. En un juego de naipes no conocemos la carta que saldrá por que ningún ocioso contó las veces que se revolvió la baraja, ni como se hizo, ni dio seguimiento al camino de cada uno de los naipes, pero algo es seguro, si por casualidad echamos en reversa cada uno de los movimientos de la carta obtendremos, no azarosamente sino de manera determinista, la misma configuración inicial de las cartas. Tal vez cada uno de los errores al copiar el DNA se debe a un motivo que, por no contar con las herramientas correctas, hasta ahora no podemos conocer. O tal vez descubramos en el futuro las “variables ocultas” de las que era defensor Einstein (quien decía “Dios no juega a los dados” refiriéndose a la mecánica cuántica y quien también fundó una teoría que predice que el Universo tuvo un principio). Quizás podríamos resolver el enigma del mundo conociendo sus condiciones iniciales (supongamos que podemos conocerlas) y el libre albedrío es solo una ilusión consecuencia de un estado anterior. Todo esto, por supuesto, suponiendo que el Universo tiene un principio y que somos lo suficientemente trabajadores para conocer las relaciones existentes en él.
Pero esta postura ni quita la angustia ni mucho menos desaparece al azar, pues si suponemos que todo es consecuencia de unas ciertas condiciones iniciales únicas y muy particulares que se presentaron al verdadero principio de los tiempos ¿Por qué se dieron tales y no otras?
Por supuesto, en esta reflexión no se intenta resolver nada, mas bien se trata de conciliar (aun que sea un poquito) las dos actuales posturas frente al problema del azar….sin poder evitar terminar un poco angustiado.
Nos vemos luego