lunes, 31 de marzo de 2008

IEOUA SANCTUS UNUS. Teólogo y alquimista

La alquimia en Inglaterra.

Aun que se tiene noticia de vestigios alquímicos encontrados en China y la India desde tiempos remotos, la herencia a occidente más fuerte proviene de tradiciones en el cercano oriente que datan de alrededor del año 100 de la era cristiana. La mayor difusión de dichas tradiciones se extendió desde Egipto, a través de Siria y Persia entre los años 450 y 700, gracias al auge del Islam en todo el mundo árabe. En el mundo europeo, los textos alquimistas fueron traducidos principalmente al latín a partir del año 1100, extendiéndose por el continente entre los siglos XIII y XIV. Fue en este último siglo que la alquimia entró en Inglaterra y tuvo tal difusión que en 1403 Enrique IV promulgó un estatuto donde se prohíbe, bajo el delito de Felonía, el arte de la Multiplicación del oro y la plata, cuyo castigo era la muerte. No obstante, la alquimia podía seguir siendo practicada bajo consentimiento del rey.

Se tiene conocimiento de algunos alquimistas celebres de dicha época, por ejemplo; Sir George Ripley, Thomas Norton, Thomas Charnock, William Halloweye, etc. Los procesos alquimistas tienen gran parecido con la química moderna, aun que son planteados a través de analogías con el mundo viviente. La alquimia llegó a ser representada por “…la búsqueda práctica y el cultivo intelectual de la analogía entre los cambios químicos y la vida del hombre”, personificando los deseos humanos en “la piedra filosofal”. La alquimia se caracteriza por fusionar la fantasía, los sueños y los deseos subjetivos con las imágenes objetivas.

En el siglo XVII la alquimia inglesa fue ligándose cada vez más con la teología a través de una filosofía religiosa de la naturaleza. Comenzó a desarrollarse una corriente llamada Filosofía Hermética, que parece haber sido absorbida por fraternidades secretas masónicas. El nombre de dicha corriente proviene del dios griego Hermes, el cual aparece en un gran número de escritos de teología y astrología desde los primeros siglos de la era cristiana. Los orígenes de esta filosofía, eran la interpretación de las escrituras por un lado, y las ideas neoplatónicas de la emanación de dios, el descenso en la materia y su animación en ella por el otro. Así, la naturaleza era una especie de representación de lo divino y toda “filosofía natural” debía incluir la actividad del autor y conservador de la naturaleza. La filosofía Hermética se caracteriza por su misterio, ya que tomaba en cuenta a un mundo que no puede captarse por los sentidos. Además sus seguidores se consideraban capaces de alcanzar un poder, que en malas manos podía ser desastroso para la humanidad.

Aun que la filosofía hermética, y por ende, la alquimia, contienen muchos elementos que podrían ser considerados precursores de la ciencia moderna, históricamente fue perdiendo cada vez más su prestigio. La base metodológica de dicha filosofía natural no pudo sostenerse frente a los nuevos criterios de investigación científica. Los alquimistas fueron olvidados y ridiculizados por el pensamiento científico.

Ieoua Sanctus Unus

Ieoua Sanctus Unus (ISU) nació el día de navidad de 1642, prematuro y con pocas esperanzas de sobrevivir. Aunado a esto, su padre había muerto meses antes de su nacimiento. Estas características, llenaron su nacimiento de rasgos que pueden identificarse con la noción puritana de la elección especial. Cuando I.S.U tenía tres años, su madre volvió a casarse, trasladándose a un pueblo vecino y abandonando al niño al cuidado de su abuela. Dicho abandono, que duró ocho años, provocó en ISU una acentuada fijación materna.

En su educación, ISU había recibido lecciones de griego y latín, y estuvo familiarizado con el hebreo. Vivió con el farmacéutico del pueblo, donde gozó de un ambiente de libertad propicio para desarrollar su talento manual para la construcción de diversos artefactos. Comenzó a manifestar la característica (después compulsiva) de organizar y categorizar la información y tuvo contacto con el arte de hacer medicinas. Es posible que en esta etapa de su vida, ISU haya tenido contacto con la obra de Paracelso que está basada en la astrología, la magia y las profecías bíblicas. En 1660, a pesar de la negativa materna, ISU ingresó al Trinity Collage en Cambridge.

El plan de estudios del Trinity College se basaba en el esquema escolástico establecido en Inglaterra en los siglos XIII y XIV. El ambiente académico parecía caracterizarse por la rigidez académica y el aburrimiento estudiantil. No obstante, existía una especie de “Universidad Paralela” formada por mentes individuales. Entre ellos figuraba Henry More quien además de ser líder intelectual de los platonistas en el Christ College de Cambridge, tuvo acercamientos a la alquimia y quien influyó notablemente en ISU.

En 1665 se desató una epidemia de peste que obligó a ISU a retirarse a su hogar en Woolsthorpe, donde estuvo aparentemente dos años. En 1666 se presentó un gran incendio en Londres, lo que provocó temores en la sociedad inglesa en relación al famoso triple seis que aparece en las profecías en el Apocalipsis de Juan. En este contexto, ISU empezó un cuaderno de notas, donde encontramos que leyó textos del alquimista (mejor conocido por sus trabajos en física y química) Robert Boyle. En 1669 comienza una empresa de experimentación y entra en contacto con grupos alquimistas. Una fuerte influencia en ISU la tuvo Michel Maier, quien pensaba que muchas de las mitologías antiguas eran una alegoría del proceso alquímico y que el verdadero padre de la “Reina de las artes” era Hermes Trismegisto, primero de una cadena de reyes filósofos cuya sabiduría provenía de Set (el hijo de Adán) en forma pura e incorrupta. Esta “prisca sapientia” se había mantenido velada, siendo el deber de ciertos elegidos descifrarla. ISU realiza sus propios escritos alquimistas, en algunos de los cuales proclama que la ciencia mecánica debe ser complementada por una filosofía natural más profunda, que muestre los principios activos responsables del movimiento de las partículas. Esto es un claro indicio de que en su mente la alquimia y la filosofía natural están íntimamente relacionadas.

Fue a finales de 1669 que ISU fue nombrado profesor lucasiano de Cambridge, en substitución de su preceptor, maestro y amigo Isaac Barrow. En la década de los 70´s, ISU entra en un periodo de descanso en alquimia centrando su interés en la teología. No obstante, en algunos de sus escritos de 1663-65 ya había mostrado un intento de hacer compatible el conocimiento a través de las leyes físicas con la idea de un dios omnipotente, que se manifiesta de forma activa.

Su principal interés en teología en estas fechas es el status teológico de la figura de Cristo, lo cual lo llevó a estudiar a los padres de la iglesia responsables de la concepción trinitaria. Estudió principalmente a Atanasio (siglo IV) fundador de la ortodoxia cristiana, quien mantuvo una fuerte disputa contra Arrio, el cual negaba la santísima trinidad. ISU concluyó que con el triunfo de Atanasio frente a Arrio, se había perpetuado un fraude que había llegado hasta la corrupción de las sagradas escrituras, para hacerlas congruentes con la idea trinitaria. Para ISU la bestia apocalíptica era la iglesia de Roma. En 1672 y 1675, redactó una lista de doce puntos donde declara que solo Dios padre era supremo, Cristo era un ser separado, distinto del padre tanto en sustancia como en naturaleza y que el pecado del trinitarismo era la idolatría que es una violación al primero y mas grande mandamiento.

El arrianismo de ISU fue un secreto celosamente guardado, que aunado a las condiciones de su nacimiento, lo llevó a considerarse a si mismo como uno de los elegidos para interpretar el plan maestro de dios. Sus escritos alquímicos fueron firmados IEOUA SANCTUS UNUS. La alquimia se unía a la teología no solo en la oscuridad y el secreto, sino también en la sabiduría arrianista de su nombre; Jehová, único Dios.

ISU hizo algunas interpretaciones alquimistas de las antiguas escrituras bíblicas. Por ejemplo, afirma que la reducción a polvo del becerro de oro por parte de Moisés fue por métodos alquímicos aprendidos en Egipto. También se interesó en el Rey Salomón y llegó a trazar un plano de su templo, pues consideraba que de esa manera fue diseñada la primera institución de la autentica religión. Creía que mediante el estudio de los esquemas de los antiguos templos, se lograba el estudio del esquema del mundo. Para él, la primera religión fue la más racional de todas, hasta que las naciones la corrompieron. No hay forma de llegar al conocimiento de una deidad excepto a través de los esquemas de la naturaleza. Para ISU, el templo original con el fuego en el centro, iluminado por siete lámparas, simbolizaban al Sol y los siete planetas y fue la corrupción de la religión lo que llevó a la pérdida de ese conocimiento. Para ISU la alquimia se trataba de algo más que la transmutación de los metales; era el conocimiento de Dios. Su finalidad era glorificar a dios y a sus obras y no solo podía ser encontrada mediante el estudio de la naturaleza, sino también el de las sagradas escrituras. La teología y la alquimia estaban fundidas en una.

Se tiene registro de que ISU dedicó su tarea alquimista principalmente a la experimentación y a la trascripción y estudio de otros textos. Se sabe que su búsqueda de la piedra filosofal tiene como objeto no la multiplicación del oro, sino más bien la desintegración de los metales en busca de la “prisca sapientia”.

En esta etapa de su vida, ISU comenzó a tener problemas por sus concepciones arrianistas, ya que siendo profesor becario del Trinity college, estaba obligado a tomar las ordenes sagradas, lo cual implicaba sostener la doctrina de la Trinidad, a la cual se oponía profundamente. El 9 de Febrero de 1675 viajó a Londres para solicitar al rey Carlos II le permitiera mantener su calidad de becario sin tener que tomar las órdenes mientras fuera profesor lucasiano. Para su fortuna, el rey aceptó la solicitud.

En 1679 muere su madre, con quien había mantenido una estrecha relación, pero cuya ausencia en la infancia le había creado un carácter retraído. Esto se cree que significó un duro golpe para el alquimista, quien encontró solo refugio en su trabajo. En los últimos años de su vida, dijo: “Aquellos que buscan la “piedra filosofal” según sus propias reglas están obligados a una vida estricta y religiosa”. En 1680 posiblemente comienza su trabajo alquímico más extenso, el “Index Chemicus”, donde organiza y sistematiza la increíble cantidad de información adquirida y desarrollada por él hasta ese momento. Richard Westfall, quien estudió el Index en 1975, señaló: “Encuentro imposible que nadie haya podido compilarlo en menos de mil semanas”. Debido al esfuerzo invertido en dicho trabajo, se tienen tres suposiciones sobre su objetivo:

-La primera se refiere al deseo de publicarlo.
-La segunda señala la posibilidad de circular el manuscrito en círculos alquimistas.
-La tercera se basa en el deseo de comunicar a algún joven iniciado los secretos del arte, como lo habían hecho otros alquimistas.

La primera es la menos probable, dada la reticencia del mago de publicar sus escritos de alquimia. Respecto a la tercera hipótesis, el único candidato posible es su discípulo Nicolás Fatio de Dulliver (con quien el alquimista llevó una estrecha y curiosamente afectiva relación) pero también es poco probable, pues ISU conoció a Fatio hasta 1689. De manera que la hipótesis más probable es la segunda.

Desde el final de la década de los 70as, ISU comenzó una historia de la iglesia, centrándose en los siglos IV y V d.c. en la cual se dedicó a atacar leyendas, falsos milagros, la veneración de reliquias y todo tipo de supersticiones. A mediados de los 80as realizó una profunda revisión de las profecías. En un escrito caótico y nunca terminado llamado “Theologiae gentilis origines philosophicae” parte de la consideración de que todos los pueblos antiguos habían adorado a los mismos doce dioses (con diferentes nombres), relacionándose estas deidades con doce miembros de la casa de Noé, doce conjuntos de sustancias usadas en la alquimia y doce entidades formadas por los siete planetas (Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno), los cuatro elementos y la quintaesencia. Estas teologías representaban la caída de la verdadera religión y significaban la pérdida del verdadero conocimiento. Así, por ejemplo, el geocentrismo acompañaba a la falsa religión, a diferencia del verdadero conocimiento oculto en el templo de Salomón, donde el fuego central representa al Sol y las siete lámparas a los siete planetas rodeándolo, que simbolizaba la verdadera estructura del Universo.

En 1689 fue elegido miembro del Parlamento en representación de la universidad de Cambridge, lo cual lo hizo permanecer en Londres durante ese año, hasta la disolución del parlamento en febrero de 1690. Al regresar a Cambridge ese año, comenzó su correspondencia con el filósofo John Locke, al cual le confesó sus opiniones heréticas respecto a la trinidad. También en su correspondencia se encuentran alusiones a la alquimia en la que también el filósofo estaba profunda y activamente interesado. Existe un escrito de 1692 de ISU llamado “De natura acidorum” donde discute la acción química de los ácidos. Es notable de este escrito el intento de trasladar la experiencia alquímica al lenguaje físico de las fuerzas.

En 1694 ISU sufre se un colapso tanto físico como mental. No se sabe bien que lo causó, pero se cree que fue una combinación de desesperación intelectual al perder ciertos textos en un incendio, el exceso de trabajo, la respiración de sustancias tóxicas en sus experimentos alquimistas, el fracaso en la alquimia y la ruptura de su relación con Nicolás Fatio (hacia quien se cree que existía una atracción homosexual por parte del mago y de la que Leibniz hacía mofa llamándola “muy particular”).

En 1696 fue nombrado inspector de la casa de moneda, lo cual preparo el terreno para dejar Cambridge. La vida en Londres y su nuevo trabajo lo absorbió casi completamente. Tuvo tal éxito tanto en el proceso de acuñación, como en el de perseguir a los falsificadores, que en 1699 fue nombrado director de la Casa de Moneda. En 1700 se le ofreció el decanato del Trinity College, el cual rechazó por no querer tomar las órdenes sagradas. En 1703 fue nombrado presidente de la Royal Society. A finales de 1704, al sentir la proximidad de su muerte, John Locke le obsequia al mago una regla de bronce y un paquete cuyo contenido es desconocido, pero dada la relación entre ambos personajes, es difícil pensar que se trata de que el legado fuera intrascendente. En abril de 1705, el alquimista fue nombrado Caballero por la reina Ana.

Fue en estas fechas cuando regresaron sus preocupaciones teológicas y realizó una amplia gama de nuevos escritos, entre los cuales acusa a san Jerónimo de ser el culpable de introducir la doctrina herética trinitaria en las escrituras, en su traducción de la Vulgata. La salud del alquimista fue notablemente buena desde su recuperación del colapso de 1693. Se sabe que recurría mucho a la automedicación y sabía del uso de fármacos. En 1727 ISU cayó enfermo de una dolencia de riñón, de la cual murió a la edad de 84 años.

Durante la vida de ISU, ocurrió en Inglaterra un notable desarrollo y proliferación de la masonería. Dado el carácter secreto de la masonería es difícil asegurar algo que no sean simples generalidades, pero existen algunos casos que nos hacen suponer nexos con la alquimia. Uno de los estudios bíblicos más importantes en la masonería es el de los secretos del templo de Salomón, y si a esto agregamos las misteriosas visitas de ISU a Londres y el regalo por parte de Locke (recordemos que la regla de bronce forma parte, actualmente, de la simbología masónica) cabe aventurar la posibilidad de la militancia del mago en las filas masónicas.

Los siglos XVII y XVIII representan la victoria definitiva de la ciencia moderna (astronomía, mecánica y óptica en menor grado) y esta no fue ajena a ISU. Su fama y prestigio en nuestros días son debido a sus contribuciones en dicho ámbito; pero lejos de que este trabajo pueda considerarse alejado de la teología y la alquimia, Para el alquimista los tres intereses convergen.

En el que posiblemente es el libro científico mas famoso de los tiempos “Philosophiae Naturalis Principia Matemathica”, su autor, ISU, no hace referencia a su trabajo alquímico o teológico, no obstante en algún escrito referente al libro, comento: “Cuando escribí mi tratado acerca de nuestro sistema, tenía la vista puesta en aquellos principios que pudieran funcionar para que los hombres creyeran en Dios, nada pudo regocijarme más que encontrar esto útil para tal fin”. Y para la segunda edición de la obra mencionada, el mago agrego un escolio, en el que afirma: “El bellísimo sistema del Sol, los planetas y los cometas solamente puede proceder del dictamen y dominio de un ser inteligente y poderoso…El dios supremo es un ser eterno, infinito, absolutamente perfecto…El gobierna todas las cosas….nosotros hemos explicado los fenómenos de los cielos y de nuestro mar por el poder de la gravedad, pero todavía no hemos asignado la causa a ese poder…”. Así en otro de sus tratados famosos “Optiks” también hace alusiones a Dios y la alquimia.

En lo que al nombre se refiere, IEOUA SANCTUS UNUS era un seudónimo secreto, con obvias referencias arrianistas, obtenido como anagrama de su nombre latinizado, ISAACUS NEUUTONUS, o sea Isaac Newton.

Tomado del texto: JEOVA SANCTUS UNUS
de José E. Marquina

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